a lo que me da vergüenza
alo? este es un escrito muy personal! llevo días conectando con mi yo mas chica, y eso ha sido un proceso muy profundo hermana. hace tiempo no conectaba con esa parte de mi, pero como siempre, la escritura me ayuda a ver y sanar lo que alguna vez fue mío (y a veces, viene de paso) así que espero que lo disfrutes y que conectes con lo que surja. tqm :)
Me avergüenzo de cada partícula dentro mío.
A veces, cuando pienso de más, me reencuentro con la misma yo de quince años que tenia los brazos cruzados en la espalda y la cabeza baja, que se sostenía el corazón (a penas con un hilo) y se avergonzaba de su manera de sentir. Vergüenza…quería buscar otra palabra para que no sonara tan fuerte, pero lo que siento no tendría sentido si no fuera así.
Me avergüenzo de mis intentos de mostrar mi casa, y de hacerle sentir a las personas equivocadas que tenían un lugar seguro en donde esconderse. De abrirles las puertas, y a mi encerrarme bajo llave.
Me avergüenzo de la manera que tuve de quererte, de expresarte como me sentía, de todo lo que quería hacerte…me avergüenzan mis fantasías, mis pesadillas y mis anhelos. Me avergüenzo de la loca idea de pensar que esto para ti tenga algún sentido. Eso me hace sentir vergüenza de lo que escribo, porque está teñido de todo aquello que quise dar pero no encontró sitio donde meterse y por eso, se hizo poema.
Esta necesidad tan grande de sentir que avanzo sin llevarme a esa yo que todavía se rompe si la tocas, que si la miras, pierde…que si lo intentara…sería una dicha. Y me pido perdón porque nadie merece sentir tanta vergüenza de sí misma. Esa otra yo diría, “cuanta alegría que pueda vivir oculta”, pero eso es una mentira que otra vez, le avergüenza decir en voz alta. Me pido perdón por todas esas veces que sentí que amaba, pero no podía ser expresado por mi boca…me hubiera encantado mostrar lo que tenia por dentro sin necesidad de ocultarlo bajo las sábanas, pero antes de echarme la culpa, nuevamente, me pido perdón.
No era yo la que tenía que sentir vergüenza de caminar sus primeros pasos en el amor como si fuera su película con final feliz. No era yo la que tenía que ahuyentar a los fantasmas que paseaban por la sala; ellos también merecían un techo. Me pido perdón por haber creído que estar creciendo era un acto egoísta que tenía que retrasar lo máximo posible. Me pido perdón por apresurar reencuentros y evitar despedidas. Me pido perdón por haberme escondido entre las sombras de quienes decían quererme, antes de que se atrevieran a sostenerme. Porque si, me avergüenza. Me da vergüenza haber hablado de más cuando no debía. Me da vergüenza ver todo lo que construí, y por consecuencia queme, para que no volviera del olvido, y así yo pudiera soportarlo. Y pido perdón, porque cerré muchas puertas a destiempo, porque me sentí más segura creando muros que rompiéndolos, porque me gustaba más ser yo en boca de otros que no ser solo alguien.
Todavía me avergüenzo de mis heridas como si fueran un mal recuerdo. Me avergüenzo de la culpa, del ayer, y de mi. Lo único que me queda por decir es que me pido perdón por haberme hecho creer que las penas de esa yo de quince años no significaban nada.
Me pido perdón por todavía sentir vergüenza de lo que alguna vez fui y me hizo creer que nunca volvería a reencontrarme conmigo misma.